Me llama mucho la
atención el ver, sentir y leer lo desconectados que estamos de nuestros pueblos
de origen.
Hace algún tiempo
publicamos en el Facebook de TesorosIndígenas un post en el que se leía sobre las lenguas indígenas en peligro
de extinción (tema de gran relevancia al que haré referencia en otro momento)
y Lucía respondió lo siguiente: “Los
primeros en avergonzarse son los propios indígenas! A los jóvenes no les gusta
hablar su lengua, pues como no se va a perder!”.
Estoy segura que así
como Lucía, hay muchos mexicanos que piensan lo mismo, y no tendría por que ser
diferente. ¿En un país en donde a los temas indígenas se les da tan poca
importancia, porque habríamos de saber de nuestras comunidades nativas?
En la escuela básica se
nos habló muy por encima sobre este tema, si acaso se nos habrá explicado sobre
la distribución geográfica de las diferentes etnias, sus principales
características, sus principales deidades y sus principales centros ceremoniales.
Sin embargo el conocer lo “principal” de cada tema nos deja ignorantes al resto
del mismo. Y por último en lo que a la educación respecta, hasta donde yo
recuerdo, se nos enseñaba como si el tema indígena fuera algo exclusivo del
pasado.
Tomando en cuenta la
educación que recibimos en este tema y por otro lado, ver que los jóvenes
indígenas están más interesados en aprender español e inglés antes que su
propia lengua, es fácil llegar a la conclusión de Lucía. Y no solo llegar a
ella, si no que expresarla con cierto enojo y obviedad a la vez.
Lo que no conocemos son
los pocos incentivos que tienen estos jóvenes para estar orgullosos de ser
indígenas e interesados en aprender la lengua de su pueblo y conservar sus
costumbres.
De acuerdo con datos del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL),
de las casi 16 millones de personas indígenas en México, el 72% vive en
situación de pobreza, de los cuales el 45.4% corresponde a indígenas en pobreza
moderada y el 26.6% restante a indígenas en situación de pobreza extrema. Estos
datos difieren mucho con la estadística de la población no indígena en donde el
35% corresponde a pobreza moderada y el 7% a pobreza extrema. Parte de las
conclusiones que presenta el estudio realizado en el año 2014 dice: "La población con algún rasgo de
pertenencia étnica se encuentra en mayor precariedad que las personas que no lo
presentan. Entre más 'estructural' (arraigado) sea el rasgo que da la
pertenencia étnica, mayor es la pobreza".
En cuanto a nutrición,
el estudio señala que las carencias en el acceso a la alimentación para las
personas indígenas son del doble (40%) que para las personas no indígenas
(20%).
En el caso de acceso a
la vivienda, la población en general con problemas para conseguir espacios es
poco mayor al 10%. Mientras que el 40% de la población indígena enfrenta esta
realidad.
En educación, el rezago
educativo de la población en general es del 20% mientras que para la población
indígena es casi del 50%.
En temas como justicia
y discriminación las cifras son apabullantes y por demás tristes.
Seguramente si Lucía y
muchos otros mexicanos conocieran esta información, entenderían que las
comunidades indígenas de México enfrentan un problema de sobrevivencia, en
donde la conservación de la cultura está pasando a segundo plano.
Existen marcadas
diferencias entre lo que el CONEVAL llama “población en general” y “población
indígena”. Hoy, haciendo uso de la información y las herramientas que hay,
tenemos la oportunidad de equilibrar la brecha antes de que nuestra riqueza
cultural sea solo teoría.
¿Posibles soluciones? Reconozcámonos
como parte de este México multicultural y hablemos de él con orgullo a nuestros
niños y jóvenes que cada vez lo conocen menos. Aprendamos más de los artesanos,
de las costumbres, de las lenguas… valoremos nuestras culturas. Consumamos
productos indígenas a precios justos, pues su tiempo y su trabajo también es
importante. Concedamos a las comunidades indígenas el título de guardianes de
parte de nuestra historia.
Estoy de acuerdo contigo, con las "posibles soluciones"recomendadas. Urge reconocer las etnias originarias de nuestro México, no solo como patrimonio cultural de la humanidad; sino como semejantes nuestros.
ResponderEliminar