Debo aceptar que al ver a tantas parejas caminando
felices, tomadas de la mano y celebrando el día del amor y la amistad, me dio
curiosidad el saber si en las culturas prehispánicas existía una celebración
similar. Fue entonces cuando recordé un concepto maya que es una celebración
permanente de amor, respeto, conciencia y honorabilidad: “In Lak’ech”
Se podría pensar que este es un concepto similar a la “regla de oro”
de las religiones contemporáneas que básicamente dice: “Trata a otros como quisieras ser tratado”, y a este nivel, lo es.
Sin embargo su mensaje es mucho más vasto, al grado tal que se interconecta
profundamente con el todo.
In Lak’ech
es un saludo Maya que literalmente quiere decir “Yo soy otro tu” y al que la otra
persona contesta Hala Ken y “tu eres
otro yo”. El concepto en su totalidad significa que el que lo dice se reconoce
como parte del universo y reconoce que el universo vive en él. De esta forma
los mayas perpetuaron de forma sagrada la creación en conjunto de las relaciones
humanas y las relaciones con el medio natural. Dicho de una forma más práctica,
in lak’ech es la conciencia de que si yo te lastimo, de alguna manera también
me estoy lastimando a mi mismo; y en donde si yo te ayudo, finalmente me estoy
ayudando a mi mismo. La práctica constante de este concepto es la llave al
equilibrio social y natural que hoy tanta falta nos hace.
Sin embargo se requiere de mucho valor y compromiso para su
implementación en nuestra vida diaria, ya que más que un concepto es una
metodología en donde primero necesitamos ser consientes de los alcances de cada uno de nuestros actos. No basta
con hacer una acción en donde, directamente no afectemos a alguien más, es
importante saber hasta donde impacta de manera directa e indirecta. Segundo,
debemos ser respetuosos de los demás
y pensar también en su bienestar. Es necesario hacer cosas que resuelvan para
todos, y dejar de lado las que impliquen beneficio propio a costa de otros. Tercero, al momento de identificar
la oportunidad, es urgente actuar con honor.
Saber que nuestras decisiones pueden construir el equilibrio que México
tanto necesita.
Todo lo anterior debiera ocurrir dentro de una sociedad que decide
vivir con amor, entendiendo esto
como “el sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia
insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con la sociedad”.
La falta de aplicación de este concepto es algo a lo que nos
enfrentamos todos los días, y lo más probable es que estemos viviendo en un
país con unas condiciones tan adversas que nos impiden verlo.
Un ejemplo simple son estas
tiendas de ropa a precios muy accesibles en donde, por conveniencia, no nos
enteramos de las condiciones laborales o comerciales de los trabajadores o
productores, pero seguramente no son las mejores. ¿Estamos dispuestos a
investigar la procedencia de esta ropa? y, si resulta que las condiciones son
malas, ¿estamos de acuerdo en que no son condiciones laborales en las que se
deba trabajar? Y luego, ¿estamos dispuestos a dejar de comprar ropa a precios
bajos? ¿Estamos dispuestos a gastar más dinero para que más personas tengan
condiciones laborales dignas?
Sabiendo de lo que se trata y del impacto en el equilibrio social,
¿qué tan dispuestos estamos a retomar el concepto de in lak’ech como los mayas lo aplican?
Retomando esta ideología ancestral, podemos encontrar una solución a
los problemas que tu y yo vivimos hoy.
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