domingo, 24 de mayo de 2015

EN PALABRAS DE POLÍTICOS MEXICANOS: DISCRIMINACIÓN INDÍGENA

¿Cómo pueden aliviarse temas nacionales que lastiman cuando la clase política es la primera en ignorarlos? ¿En que nivel de prioridad política se encuentran las poblaciones indígenas que representan casi el 15% de la población total de México y que, justamente es este sector de la población el que vive en las condiciones más adversas y desafortunadas?



Hace un par de días se dio a conocer una conversación telefónica en donde Lorenzo Córdova, Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) hacía referencia a una reunión de trabajo con líderes indígenas.  El error del presidente del INE fue haberse expresado de forma burlona y ofensiva con respecto al líder chichimeca. El Sr. Córdova es uno más de los políticos que hacen comentarios poco sensibles a las condiciones de las personas indígenas. Hace pocos meses Liliana Sevilla Rosas, Directora del Instituto Nacional de la Mujer en Tijuana publicó un post en donde se leía “Qué tal si lo mío está en Europa y yo aquí sufriendo con estos indígenas”, es curioso que parte de su labor como directora del Instituto era la lucha en contra de la violencia y la discriminación. Pedro Torreblanca Engel, funcionario de Participación Ciudadana en la Delegación Benito Juárez publicó en una red social “Más prietos de piel que nada, jodidos y sin varo” para luego enaltecer a los de raza blanca “Arriba los mexicanos de raza blanca y clase alta”. O la hija del Ex gobernador de Baja California Sur, Sofía Covarrubias quien publicó comentarios negativos con el hashtag #Esdeindigenas. Es desolador pero la lista continua y esto es una muestra evidente de que algo está mal.

En los ejemplos que se mencionan, salvo por el caso del presidente del INE, el resto han sido declaraciones públicas en redes sociales, lo que nos refiere a una clase política insensible a la realidad indígena de México que lejos de, desde sus trincheras aportar a la mejora de condiciones de vida de este segmento de la población, suma de forma pública y consciente a la discriminación de la cual los indígenas son las principales víctimas en el país.

¿Cómo podemos entender la situación de los pueblos indígenas, el valor que tienen, sus logros como raza y sus retos, si hay una brecha importante que el paso del tiempo solo ha ido acrecentando?

Las comunidades indígenas son dueñas de parte de nuestra historia y de nuestros orígenes como mexicanos y han estado ahí, esperando por nosotros para mostrárnoslo, pero como sociedad hemos sido indiferentes a estos temas y hoy se vuelve preocupante el distanciamiento tan evidente incluso hasta para las autoridades del país, quienes son los que deberían estar velando por la mejora en la calidad de vida de estos grupos, quienes deberían estar fomentando programas para la concientización sobre el tema indígena, quienes podrían impulsar acciones para cerrar esa brecha que se ha ido abriendo cada vez más y que pareciera que a nadie le importa.

Hace algunos meses un indígena Tzeltal de Chiapas me explicaba lo que significa para él ser indio, entre otras cosas me decía con el pecho erguido de orgullo que ser indio es hacer valer la palabra y trabajar por el bien común. Es cuidar el equilibrio de la vida sin dejarse llevar por materialismos, es valorar y agradecer cada día y cada experiencia… Había tanto orgullo en sus palabras que salí de esa charla queriendo escuchar más, aprender más y arrepintiéndome de no haber grabado la conversación, pero asegurándome de hacerlo en mi memoria y en mi corazón.

En esta ocasión no podemos dejar pasar la noticia como lo hemos hecho con los casos anteriores, es momento de enfrentar un problema que es más evidente que nunca y que afecta a los mexicanos. Si, a todos. Nos afecta desde las trincheras políticas hasta diferentes esferas de la sociedad. La discriminación indígena es un tema de ignorancia que podemos solucionar con mensajes claros y enorgullecedores, para hacerlo es necesario una sociedad interesada en cambiar la realidad de la perspectiva hacia nuestros orígenes.

En Tesoros Indígenas esta sucediendo, en mancuerna con la empresa ChargerMX, Central de Producción, desarrollamos una estrategia de comunicación con el título “CAMPAÑA DE CONCIENTIZACIÓN Y VALORIZACIÓN DE LA CULTURA INDÍGENA” en donde estamos sumando a empresas, instancias gubernamentales, casas de estudios y demás organizaciones y personas que quieran participar.


Hacerlo no es simple y se necesitan recursos, estamos buscando los medios para la implementación de ésta. Estamos seguros de que pronto será una realidad que aportará para redefinir el concepto indígena en la percepción y el corazón de todos.

jueves, 2 de abril de 2015

TURISMO INDÍGENA, UNA RESPUESTA INTEGRAL


          Durante más de dos décadas el gobierno mexicano en sus tres niveles ha impulsado la implementación de proyectos turísticos en áreas nativas, sin embargo fue hasta este año que el turismo indígena tuvo presencia en la feria turística más importante de México, el “Tianguis Turístico 2015”. Éste es un logro importante y si se consigue capitalizar el esfuerzo, puede ser el principio del “Turismo Indígena” como uno más de los productos turísticos que fomenta la Secretaría de Turismo (SECTUR) y que promueve el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM).

FOTO: Manta & Rebozo

El tomarnos en serio el turismo indígena en México puede ser la solución para tres problemas que hoy nos lastiman como país: La discriminación indígena, la pobreza en comunidades autóctonas y la pérdida del gran bagaje cultural. ¿Si creo que es posible? Sí, estoy segura de que solo es cuestión de estructurar el tema, lo cual tiene un grado de complejidad importante, pero vale la pena el esfuerzo. 

Aziz Abu Sarah es un activista palestino que ha logrado encontrar puntos de encuentro y reconciliaciones entre palestinos y judíos, esto ha sido posible gracias a la interacción en viajes especialmente diseñados para que ambas culturas se conozcan y se entiendan. Esta es su medida para lograr la paz en una región en constante conflicto.

En México la situación no es muy diferente, en lo referente a este tema nuestro principal problema es el nivel obsceno de ignorancia generada por la herencia histórica y la educación recibida, en donde se hace una importante distinción entre la población indígena y la no indígena. Como resultado de esto, las personas indígenas son las principales víctimas de discriminación en el país de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED). Si entendemos que lo que nos separa es el “desconocimiento”, entonces estaremos de acuerdo en que el turismo es el mejor medio para conocernos, para entender y revalorar nuestras raíces, para dimensionar la cantidad de tesoros culturales que resguardan nuestras comunidades indígenas y sentirnos orgullosos de ellos.

En el documento “Los efectos del turismo sobre la identidad de los mayahablantes en México y Guatemala: posibilidades y riesgos” escrito por Ludmila Damjanova de la Universidad de Economía de Viena, la autora entrevistó a indígenas que tenían injerencia en actividades turísticas y según relata “predomina la visualización del fenómeno turismo como una fuente de bienestar y trabajo”, también señala que los indígenas tienen la impresión de que los turistas valoran su cultura ya que visitan lugares de interés históricos como zonas arqueológicas, compran la artesanía, hacen preguntas relacionadas con sus costumbres y ritos, admiran la vestimenta tradicional, y las lenguas. Estos hechos son interpretados por las comunidades indígenas como indicios de valorización de su cultura por parte de los turistas, lo que aumenta su propia apreciación de su cultura, su lealtad hacia el idioma materno y fortalece su identidad indígena.

Uno de los países que ha desarrollado exitosamente el turismo originario es Australia, en donde incluso cuentan con planes de desarrollo específicos para este tema. El último se llama “Turismo Aborigen, Plan de acción 2013-2016”, y tiene como visión por un lado apoyar el desarrollo del turismo indígena, sus productos, sus prestadores de servicios y sus empresas, y por el otro el generar una mayor comprensión sobre la riqueza cultural e impactar de manera positiva en lo económico y lo social para sus comunidades nativas.

Se ha comprobado que el turismo oriundo es una alternativa viable. De acuerdo con estadísticas de Turismo Indígena en Canadá, solo en Québec, esta industria tiene 816,000 visitantes al año, mantiene 3,500 empleos directos y genera un estimado de $169 MDD. Y de acuerdo con Johnny Edmonds, Secretario Coordinador de la organización Alianza para el Turismo Indígena Internacional, el turismo autóctono es una tendencia de viaje que va en crecimiento.

Pese a los muchos millones que ha invertido el gobierno mexicano en una estrategia de Turismo de Naturaleza, y en donde más del 80% de esos recursos se han implementado en áreas indígenas, al día de hoy los resultados no son halagadores debido a la falta de estructura turística en las áreas autóctonas. Si las autoridades logran implementar un plan de acción exitoso para el desarrollo sustentable del turismo indígena, serán generadores de bienestar económico en las comunidades nativas, responsables de la revalorización de nuestra cultura prehispánica y artífices de cerrar la brecha logrando una sociedad inclusiva.

lunes, 23 de marzo de 2015

AQUÍ EN MI ALDEA

Aquí en mi aldea donde hace 12 años había grandes fábricas, en donde hace 8 años se levantó uno más de los centros del buen vivir, donde hace 4 años  llegó el panal de la cultura y junto a él, la zona imperial. Todo esto cambió el rumbo del lugar en donde vivo. En menos de 5 años la población creció de 40 a 100 habitantes por hectárea, en donde en los últimos tres años han llegado a vivir 30 mil familias más a la zona, el número de supermercados se triplicó, y ahora esto es resguardado por guardias, cámaras, mucha  gente y caos vial…



Hace un mes tuve la oportunidad de visitar Sibacá, una comunidad indígena de 1,390 habitantes en Chiapas en donde no hice más que disfrutar del lugar y de su gente. Estando ahí pude darme cuenta de como viven. De la montaña que los abraza, de la calidad de sus alimentos en su mayoría cosechados en sus huertas, de la cercanía de todo, desde las escuelas hasta las mismas casas de todos ellos. Del gran valor y respeto que se les tiene a las personas mayores de quienes siempre se busca aprender más, del celo con que se cuidan las costumbres y tradiciones, de la alegría predominante en todo momento, de niños creciendo en libertad sin los fantasmas de la inseguridad. 

¿Cómo podría esta forma de vida interpretarse de manera discriminatoria?

Hace unos meses he venido encontrando la respuesta en memes de redes sociales con frases que terminan en “otl”, haciendo alusión a la lengua Náhuatl y otros que inician con frases como “Allá en tu aldea” y que son ilustrados con imágenes indignas de personas indígenas. He leído todo tipo de opiniones y un par de artículos al respecto y, básicamente me he encontrado con 4 posturas diferentes: Hay quienes muestran indignación y desacuerdo, hay quienes opinan que ya es un tema viejo y que no hay nada que hacer, están aquellos que como medida de rechazo solo deciden ignorarlos y está el grupo de aquellos que insisten en que solo es humor mexicano, que resulta inofensivo.

Yo pertenezco al grupo de la indignación y el desacuerdo, en donde parte del argumento es que las personas que publican este material y aquellas que interactúan con él por diversión, demuestran un importante grado de ignorancia sobre el tema indígena. 

En el año 2010 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) llevó a cabo la Encuesta Nacional de Discriminación, en donde una de las preguntas fue “¿Qué tanto se respetan o no se respetan los derechos de…?” Y los derechos indígenas resultaron ser los menos respetados con 44.1%, seguidos por los derechos de los homosexuales con 42.2% y los de los migrantes con 40.8%. 

Esta misma institución publicó en el año 2012 la investigación “Reporte Sobre la Discriminación en México” y de acuerdo con sus conclusiones, la condición de discriminación indígena perdurará debido a que tiene como base un pasado autoritario. Parte de la investigación señala que “Si persiste la discriminación es porque está muy enraizada en las estructuras sociales, políticas, económicas, culturales, jurídicas, estéticas, etc., …”

Es importante reconocer que la falta de información sobre nuestros pueblos indígenas (sus culturas, sus tradiciones, sus  costumbres, ritos y su cosmovisión), nos crea barreras para aceptarlos como parte de este México contemporáneo, en donde nos ha ganado la carga histórica y el recuerdo de cuando indígenas y mestizos fueron objeto de racismo durante el periodo de la conquista española.

María Elisa Velázquez, en su momento Presidenta del Comité de la Ruta del Esclavo de la UNESCO y Francesca Gargallo, escritora mexicana, coinciden en que en México existe una problemática de racismo oculto que tiene que ver con la falta de reconocimiento de nuestro pasado debido a perjuicios y por otro lado, el desconocimiento de nuestra cultura.

Para aquellos de la postura del “simple humor mexicano inofensivo”, me parece importante que sepan que, las lenguas indígenas se están perdiendo debido a la discriminación. Lo que ocurre es que, debido a este problema los jóvenes indígenas cada vez se sienten menos cómodos hablando sus lenguas. Ha sido también gracias a la discriminación que los procesos artesanales se han ido diluyendo. ¿Sabían que en el año 1991 México se encontraba entre los 5 primeros países exportadores de artesanía? Hoy, de acuerdo con un estudio realizado por el gobierno de Ecuador, México no aparece ni siquiera en los primeros 20. Y ni hablar de ritos, y costumbres que se han dejado de practicar debido a la perdida de pertenencia que muestran algunos indígenas dentro de sus comunidades. Todo esto es causado entre otras cosas, por la discriminación hacia nuestras raíces. Otro problema grave de la discriminación es el acceso a  la justicia  para personas indígenas, el cual de acuerdo con la CONAPRED, “se ve obstaculizado por diferencias de lenguaje, la estigmatización y el menosprecio por la diversidad cultural”.

La discriminación indígena es una realidad que solamente podremos revertir si logramos revalorar nuestros orígenes. Podemos generar una sociedad inclusiva aceptando la presencia de los grupos étnicos y el tesoro cultural del que ellos son guardianes desde épocas prehispánicas.

Tomando lo dicho en cuenta decidí imprimir las imágenes de Sibacá no solo en mi mente y corazón, si no representarlas de la única forma que yo considero posible.


En Tesoros Indígenas estamos convencidos que son las pequeñas acciones las que pueden iniciar los grandes cambios, y por eso, hemos desarrollado una campaña de memes con el título “Aquí en mi aldea…” en donde, con mucho orgullo les mostramos como viven las artesanas indígenas de Sibacá. La campaña está formada por 8 memes que serán publicados a lo largo de dos semanas en www.facebook.com/Tesorosindigenas a partir del miércoles 25 de Marzo a las 6pm. 

viernes, 20 de marzo de 2015

PROYECTOS PRODUCTIVOS, UNA SOLUCIÓN SIN ESTRUCTURA

          En las últimas semanas he tenido la oportunidad de convivir con gente que, como yo, trabaja directamente con personas de diferentes grupos indígenas, y todos coincidimos en lo mágico y enriquecedor de esta experiencia. Lo que nos hemos encontrado en estas comunidades es gente que al principio puede parecer huraña, temerosa y con resentimiento social, sin embargo, una vez cruzada la línea de la confianza es evidente que es gente buena, noble, con expectativas de vida y con disposición para trabajar. Y es justo este uno de los principales problemas que enfrentan:  la posibilidad de encontrar trabajos dignos.




La lejanía de las comunidades indígenas con los centros económicos locales y el bajo nivel de escolaridad son algunas de las principales limitantes con las que se topan al momento de buscar empleo. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), del total de la población indígena económicamente activa, el 70.1% de los hombres se encuentran ocupados, mientras que en el caso de las mujeres aplica solamente para el 21.7%. El mismo estudio señala que las actividades económicas en las que se desenvuelven son como empleados, jornaleros, peones (como el triste caso de los indígenas Tarahumaras de Baja California) o comerciantes, y estadísticamente con sueldos más bajos que personas catalogadas como “no indígenas”. Esto no hace más que abonar a la situación de pobreza que presentan estos grupos.

Me ha tocado ver como están acostumbrados al sistema paternalista que desde siempre les ha ofrecido el gobierno. ¿Qué si estoy de acuerdo con esto? No. Pero lo cierto es que no les hemos ofrecido ningún otro sistema que les funcione y hoy son pocas las opciones económicas con las que cuentan.

De acuerdo con datos del  “Programa Especial de los Pueblos Indígenas 2014-2018” que publica el Diario Oficial de la Federación el 30 de Abril del 2014, el reto más importante en lo referente al Desarrollo Económico, es el desarrollo de opciones productivas que se traduzcan en el incremento y permanencia de las fuentes de ingreso de la población indígena garantizando la autosuficiencia económica. Sin embargo el mismo documento señala que tan solo el 7% de los programas sociales vigentes se orientan a actividades productivas, lo cual suma muy poco a la causa.

Por otro lado, entre algunos de los problemas para la implementación de proyectos productivos exitosos se encuentra: La falta de conocimiento de los grupos con mayores niveles de marginación para acceder a este tipo de apoyos, las dificultades crecientes para el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, la carencia de recursos y capacidades para insertarse en mayores escalas de producción y el limitado acceso al financiamiento, la ausencia de tecnologías y una pobre organización para la producción y comercialización. Estas dificultades forman parte de un círculo vicioso difícil de romper. Tan solo en temas turísticos, en la década del 2000 al 2010 se realizó una inversión superior a los $25mil MDP en proyectos productivos indígenas, de los cuales  solo el 4% resultaron ser proyectos con operación sostenible.

Sin duda la implementación de proyectos productivos sí es una solución viable para la generación de mayores ingresos en comunidades indígenas pero no es una tarea que el gobierno sólo pueda estructurar.


Para lograr proyectos productivos exitosos es necesaria la colaboración de cuatro frentes: En primer lugar el gobierno en sus tres niveles activando causas sociales. En segundo lugar la iniciativa privada sumando a los programas estructura y estrategias empresariales funcionales. Tercero las casas de estudio que aporten el valor del conocimiento y la evaluación del progreso en las diferentes implementaciones. Y por último una organización encargada de coordinar todos los esfuerzos hacia la causa en común. Esta puede ser una solución integral que trace nuevos matices en la realidad de las comunidades indígenas en México.